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viernes, 3 de julio de 2020

Atahualpa Puchulu - Oración chaná (2018) | 95/100

Música del corazón

No soy un gran fan del folklore, pero no es porque no me guste, si no porque tengo poca experiencia escuchando la música de mi tierra. Crecí escuchando a Horacio Guarany porque mi viejo tenía una obsesión de poner la radio a todo pedo toda la mañana y tarde con temas de él, y cada vez que íbamos en el auto algo de folklore tenía que escuchar, así que naturalmente crecí acostumbrado y en parte disfrutando del género y cuando lo escucho suelo disfrutarlo, porque siendo sincero, el folklore argentino es un género muy variado y con músicos bastante talentosos.

Shuffleando la playlist de Spotify, Entre Ríos Underground, fue como descubrí a Atahualpa Puchulu, cantante de Concepción del Uruguay, que la verdad que me cautivó con los dos temas de este álbum que están presente en la lista. En mi estado perpetuo de aburrimiento agravado por la cuarentena, decidí pegarle una escuchada al álbum entero, y francamente no me decepcionó ni uno solo de los 43 minutos que dura esta obra.

"Oración chaná" fue lanzado en 2018 y consiste de 12 temas que, en palabras de un amigo, "es una mezcla entre folklore platense, tango, chamame y Abel Pintos camuflado". Voy a ser sincero, no soy capaz de descifrar a lo que se refería porque soy un ignorante total para cualquier género de música que no tenga una guitarra con distorsión, pero convengamos que no está equivocado, por que de lo poco que se de estos géneros (y de Abel Pintos), esa descripción suena acertada. Como este es literalmente el primer álbum de folklore que escucho entero, no voy a poder hacer un análisis muy profundo de la música, pero voy a intentar lo mejor que pueda (por favor no se me rían).

Entre las 12 canciones presentes, tenemos una buena variedad de géneros, emociones y tópicos líricos (esto mas adelante). Algunos temas, como Pescando lunas, Oración chaná y Mujer en la costa son lentos, melancólicos y melódicos, siendo contrastados por composiciones como Chamarra amarga, Don Matraca y Entre el tagüe y la taragüi, mientras no son "alegres" por así decirlo, son un poco más rápidos y bailables. A pesar de ser redundante decir esto creo yo, los instrumentos suenan como casi cualquier artista de folklore del litoral; mucho uso de arpeggios en las guitarras y el piano, bastante uso de acordes en séptima, algún que otro cambio de escala mayor a menor (o viceversa), y tal.
Atahualpa Puchulu
 Me encanta escuchar las guitarras arpegiando acordes menores y alternando hacía séptimas, séptimas mayores, suspendidos y creo yo que hasta algunas novenas y si no estoy loco algunas séptimas de novena y de quintas aumentadas (si, ya se, una cosa de locos). Aunque dudo que sea algo único y especial del artista, es algo que no he escuchado en los pocos artistas que he escuchado del género y soy un enfermo de cosas como esta y me encanta sacarlas a la luz.
El bajo hace presencia moderada en los temas, mientras que es interesante escucharlo a momentos,  no diría yo, personalmente, que enriquece a la música de una manera notable, aunque a lo mejor es porque necesito auriculares decentes (urgente), pero no lo digo en forma de crítica ya que es un poco sorete criticar a un bajista cuando afino en Si en mi banda porque no tenemos bajista y cuando ni siquiera lo puedo escuchar totalmente bien. Así que coso.
  Hay una notable ausencia de percusión en varios de los temas; en los mas bailables está presente una percusión de lo que suena como un cajón peruano (o el cuerpo de la guitarra quizás), pero como la mayoría de los temas son generalmente lentos, no hay necesidad de añadir percusión de algún tipo para darle mas espacio a la guitarra y a la voz, y mantener la dinámica de los temas, aunque sería interesante ver como varias de estas canciones sonarían con percusión por encima, porque he notado que la percusión puede hacer una gran diferencia en toda clase de música.
La voz y las letras son algo que realmente le dan mucho al álbum. El cantante de este trío tiene una voz muy calma y limpia, que creo yo que caería en el rango de un barítono aunque podría ser un tenor aunque jamás llega a cantar ninguna nota muy alta. Las vocales son muy tranquilas, hacen poco uso de vibratos (lo que les da una cierta simpleza, en cierto modo) y son el punto focal del álbum entero prácticamente, que yo recuerde no hay coros, y cabe mencionar que en Don Matraca canta otro artista, Ángel Muñoz, pero aparte de eso, el álbum entero se centra en la voz de Atahualpa Puchulu.

Esta voz excelente que mencioné cantá sobre varios temas, haciendo uso de regionalismos del litoral y hasta cantando en el idioma chaná, propio del pueblo de los chanaes, habitantes de la región por miles de años cuya existencia hoy en día está bastante diluida y se podrían considerar extintos, al igual que su lenguaje. Las líricas presentes en el disco son bastante puras y hablan de las experiencias
Blas Jaime, el último hablante de la lengua Chaná.
personales, las creencias, la cultura del artista, e incluso personajes de su ciudad de Concepción. Todas vienen del corazón y son bastante ricas, viendoló desde un punto cultural y artístico, quizás un poco difíciles de entender para alguien que no es de la región y/o está falto de cultura (esto aplicá a mi jeje), pero al escucharlas siendo cantadas es difícil no sentir una cierta emoción y un sentimiento como de entendimiento, hasta de empatía diría yo, en cierto modo, son simplemente hermosas, desde temas como Pa' el Jacinto que cuentan la historia y vivencias de un personaje de su localidad hasta Oración chaná, que es la canción cantada en el idioma originario ya mencionado, que es básicamente lo que dice el titulo, una oración reflejando las creencias de este pueblo, y hasta Pescando lunas que es como una historia de difuso entendimiento (para mí por lo menos) pero que aun así uno la puede comprender, en cierto modo, todas las letras escritas para estas composiciones son bellas poesías agradables de oír.

Oración chaná es un esfuerzo que viene del corazón de todos los artistas involucrados, un álbum que cuenta historias y vivencias puras mediante una música agradable, fácil de escuchar y que estoy seguro que le puede gustar a cualquier persona; me gustó a mi, por ejemplo, el que maneja un blog llamado "Brutalicidio" (y por manejar me refiero a escribir una reseña cada 6 meses). Este disco lo disfruté todas las veces que lo escuché y desde que lo descubrí sigo volviendo a escuchar algunos temas casi todos los días porque lo disfruto muchísimo, y también lo hicieron casi todas las personas a la se lo recomendé, sin importar sus gustos musicales. Realmente recomiendo a cualquiera sentarse una tarde y escuchar los 43 minutos de poesía folklórica musical que es esta obra mientras se toman un mate y sacar sus conclusiones... O si no se lo encajan a ese familiar o amigo/a boomer que les encanta el folklore (o Abel Pintos), porque creo firmemente que un artista como el que tenemos acá merece muchísimo mas reconocimiento del que ya tiene. Tremendo álbum!

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